Cheikh Saliou MBACKE, Hassane SYLLA, Katherine Marshall
Pregunte a los profesionales sanitarios qué opinan los líderes religiosos de la planificación familiar y es posible que se encuentre con cierto escepticismo. Sin embargo, un programa en Senegal ha desafiado las ideas preconcebidas negativas y es un ejemplo de implicación de los líderes religiosos en la salud. Una combinación de liderazgo que reúna a diferentes comunidades religiosas, sólidas aportaciones teológicas e intelectuales, asociaciones de aprendizaje, atención a las diferentes perspectivas y una paciente determinación muestran que el apoyo religioso es una faceta necesaria de las iniciativas nacionales de salud familiar. Cadre des Religieux pour la Santé et le Développement (CRSD), una coalición de líderes religiosos, ha surgido como un actor interreligioso no gubernamental, un socio vital y una parte integral de los programas de planificación familiar y bienestar de Senegal.
¿Cómo surgió esta coalición y por qué ha tenido tanto éxito? El CRSD se basa en la teología y, por tanto, en las redes e ideas religiosas. Se basa en el amplio compromiso del gobierno de trabajar con “campeones religiosos”. El CRSD estaba dispuesto a aprender de la experiencia internacional con el compromiso religioso positivo e integrar aspectos clave en sus programas. La coalición FP2030, que preveía funciones para los agentes religiosos, ofrecía estímulos. Otros elementos desempeñaron papeles importantes: La asociación que asumió el reto en Senegal, entre Cheikh Saliou Mbacke, que aportaba una larga experiencia interreligiosa, y el World Faiths Development Dialogue (WFDD), se basó en gran medida en las relaciones personales y, francamente, en saltos de fe. El apoyo financiero creativo fue fundamental: La Fundación Hewlett, profundamente comprometida con la Alianza de Uagadugú en apoyo de la planificación familiar, financió un modesto proyecto piloto. Pero al principio no había planos y sí mucho escepticismo.
La labor de promoción de la planificación familiar del CRSD partió de una base limitada. En 2014, pocos actores religiosos senegaleses, incluidos los miembros del CRSD, sabían mucho sobre planificación familiar y otros aspectos de la salud familiar. Así pues, los primeros años se caracterizaron por un proceso de aprendizaje en la acción. El trabajo comenzó con esfuerzos para movilizar e informar a diversos líderes religiosos. Para ello se utilizaron enfoques “descendentes” (visitas a las principales autoridades religiosas de Senegal) y “ascendentes” (contacto con los miembros de la comunidad y creación de un “argumentaire” islámico). Una visita de destacados actores religiosos senegaleses a Marruecos sirvió para extraer experiencias relevantes, al igual que las conversaciones con numerosos activistas y académicos senegaleses. El programa creció constantemente con reuniones y talleres en todo Senegal, junto con empresas cooperativas en otros países del Sahel.
A pesar de los notables avances en el aumento del uso de anticonceptivos modernos y la reducción de la mortalidad infantil y materna, a Senegal aún le queda mucho camino por recorrer para alcanzar sus objetivos. Cuantificar el impacto total de las contribuciones religiosas es casi imposible, pero las medidas cualitativas y cuantitativas proporcionan pruebas de que estas contribuciones son y siguen siendo sustanciales. El reconocimiento por parte de las autoridades sanitarias del impacto de las intervenciones de CRSD subraya la importancia de implicar a los líderes religiosos en los programas sanitarios.
¿Qué lecciones se pueden extraer de esta experiencia? La experiencia compartida y el firme compromiso de los diversos líderes de trabajar juntos han sido fundamentales para el éxito del esfuerzo. Un enfoque deliberadamente mesurado, paso a paso, ayudó a generar confianza entre los actores.
El diálogo intensivo entre los miembros del CRSD ha sido una característica esencial. Al principio, algunos miembros se opusieron activamente a la planificación familiar, argumentando desde un ángulo religioso. Un análisis religioso ferozmente debatido (que dio lugar al argumentaire) reunió a los miembros y proporcionó una base sólida para seguir debatiendo temas polémicos, como los planteamientos sobre los jóvenes solteros y la forma de abordar la desinformación. El consenso esencial de que la religión, en particular el Islam, apoya la planificación familiar entre las parejas casadas mediante el espaciamiento de los nacimientos sigue siendo una base para la acción.
Un reto importante y continuo es la juventud. Los defensores de la planificación familiar suelen centrarse en los jóvenes, muchos de los cuales aún no se han casado. El CRSD reflexionó internamente antes de comprometerse directamente con este reto, adoptando un enfoque comedido antes de actuar. La reticencia a participar directa y públicamente en los debates sobre la prestación de servicios de planificación familiar a los jóvenes no se debía a que se negaran a ello. Más bien, era imperativo definir un enfoque religioso de la cuestión. Tras muchas reflexiones y amplias consultas, el CRSD decidió elaborar un argumento religioso sobre la promoción de la salud de los adolescentes y los jóvenes.
El reto fundamental para alcanzar los objetivos nacionales y regionales de planificación familiar no es cambiar el comportamiento, sino transformar las normas sociales y los estándares implícitos que pueden obstaculizar el progreso. Primero hay que entender y respetar estas normas, y después colaborar. Resulta problemático intentar cambiar las normas sin la participación y el acuerdo de las comunidades. Mediante la negociación y el diálogo con los miembros influyentes de la comunidad (líderes religiosos, jefes consuetudinarios, líderes de opinión, etc.), el cambio significativo puede encontrar un auténtico acuerdo.
La terminología utilizada en la defensa es fundamental. Mensajes como “La planificación familiar, mediante el espaciamiento de los nacimientos, puede ayudar a reducir la mortalidad materna e infantil” y “El islam y el cristianismo consideran sagrada la vida humana” pueden ser persuasivos en la defensa religiosa de la planificación familiar. Se pueden rechazar ideas importantes cuando los términos ofenden la sensibilidad de las comunidades a las que van dirigidas. Los agentes religiosos, encargados de la promoción, pueden utilizar el lenguaje apropiado para hablar de los beneficios del cambio de comportamiento.
El diálogo dentro de los círculos religiosos debe trascenderlos, especialmente a los dirigentes políticos y administrativos. El diálogo y la cooperación entre los responsables políticos, la ciencia y los agentes religiosos son esenciales. Para ello es necesario ser conscientes del papel fundamental que desempeñan las creencias religiosas y el liderazgo en las transformaciones sociales. Al principio de la pandemia de COVID-19, el CRSD promovió la vacunación y abogó por la actuación de las autoridades religiosas, lo que influyó en el comportamiento y salvó vidas. La confianza de la gente en sus líderes religiosos desempeñó un papel fundamental.
La experiencia del CRSD ofrece importantes enseñanzas. Algunas lecciones son sencillas: respeto por los planteamientos distintivos de las distintas comunidades, evitar las trampas de los estereotipos y las ideas preconcebidas, y una combinación de paciencia e impulso hacia delante. Menos evidentes son la importancia práctica de prestar atención a las diversas opiniones religiosas, los cuidadosos procesos necesarios para traducir en estrategias operativas la amplia disposición de los funcionarios del gobierno a comprometerse con las figuras religiosas, y las ventajas de vincular los enfoques descendentes con los más ascendentes. El proceso de aprendizaje de Senegal dista mucho de haberse completado, pero subraya la importancia del compromiso religioso estratégico: estratégico en el sentido de adaptar los enfoques al contexto local, religioso en el sentido de reconocer por qué las diversas ideas y personas religiosas desempeñaron papeles esenciales, y compromiso como un compromiso respetuoso y activo de trabajar juntos.