La revisión extrae las lecciones aprendidas de 20 años de grandes epidemias desde 2003, como el SARS-CoV, el VIH/SIDA, el Ébola, el Zika y el MERS-CoV. Las conclusiones señalaban que las respuestas a dichos brotes habían perjudicado a los servicios de salud materna, reproductiva e infantil. Reconocer cómo y cuánto afectan las epidemias a las mujeres, los niños y otras poblaciones vulnerables es crucial para que las naciones puedan crear respuestas eficaces y justas.