Para las mujeres y niñas en situaciones de crisis, la planificación familiar es una de las intervenciones que más vidas salvan, más empoderan y más rentables resultan. Y la demanda de anticonceptivos es feroz, ya que muchas mujeres y parejas en contextos humanitarios expresan su deseo de espaciar o limitar los embarazos. Si realmente queremos no dejar a nadie atrás, debemos garantizar que los programas de planificación familiar voluntarios y basados en los derechos, así como una amplia gama de métodos anticonceptivos modernos, estén disponibles y sean accesibles para las poblaciones afectadas o en riesgo de crisis.