La respuesta al COVID-19 ha planteado múltiples retos a las mujeres que tratan de evitar embarazos no deseados. Controles policiales, vigilantes, desinformación sobre el acceso a las clínicas y pérdida de ingresos, por nombrar solo algunos. Las plataformas digitales de salud pueden empoderar a las personas con servicios de información a la carta, ofrecer apoyo mediante recordatorios y remitir a los clientes a farmacias electrónicas o consultas en línea. Estas plataformas también pueden servir de puente hacia puntos de atención sanitaria específicos y dar continuidad a los clientes de PF que buscan reabastecimientos, cambios de método y otros servicios anticonceptivos.
El panorama de la SSR está cambiando. En la próxima década, prevemos una mayor dependencia de las soluciones digitales. ¿Cómo contribuirán las plataformas digitales actuales a ese panorama cambiante? ¿Cómo podemos aprovechar el interés en el movimiento de autocuidado, los servicios anticonceptivos de alta calidad y los enfoques basados en los derechos en materia de SSR para garantizar que las mujeres reciban la información correcta en el momento adecuado sobre los suministros y servicios que necesitan? ¿Y cómo configurará la salud digital los mercados en el futuro?