Dos años después, aún queda mucho por hacer para lograr una atención integrada significativa

Group of five african american woman walking on road together against suv car on parking.

Reflexiones sobre el aniversario del estudio ECHO
Lindsey Miller, Consultora FP2030

En junio de 2019, los resultados del estudio Evidence for Contraceptive Options and HIV Outcomes (ECHO) revelaron que las mujeres, y especialmente las adolescentes, siguen estando muy expuestas a contraer la infección por VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), y que no se están satisfaciendo sus necesidades sanitarias integrales. A pesar de tener acceso a un paquete completo de servicios de prevención del VIH, las mujeres menores de 25 años presentaban una mayor incidencia del VIH, y las ITS eran frecuentes en la población del estudio al inicio del estudio. Los resultados del estudio reafirman el llamamiento que se viene haciendo desde hace tiempo para que la integración de los servicios de prevención del VIH, las ITS y el embarazo funcione para los adolescentes y los jóvenes y defienda su derecho a una atención sanitaria integral.

Tras el estudio de ECHO, la comunidad sanitaria mundial volvió a movilizarse para dar prioridad a la ampliación del acceso a servicios integrales de salud sexual y reproductiva (SSR), pero aún queda mucho por hacer para hacer realidad plenamente un futuro en el que las mujeres y las niñas de todo el mundo tengan la libertad y la capacidad de llevar una vida sana. Las mujeres que viven en zonas de alta incidencia del VIH no sólo tienen un alto riesgo de infección a lo largo de su vida, sino que también suelen tener una alta necesidad insatisfecha de servicios integrales de SSR. Para ello, nuestro compromiso de ampliar un enfoque basado en los derechos y centrado en el cliente para una atención sanitaria integral de la SSR debe ser sostenido, dirigido por los países, financiado, medido y apoyado por políticas y directrices nacionales de SSR. Dos años después de ECHO, debemos mantener el impulso a pesar de los graves retos planteados por COVID-19, que por sí mismos han puesto de manifiesto la urgente necesidad de contar con sistemas de prestación de servicios sanitarios que vayan al encuentro de las mujeres y adolescentes allí donde se encuentran y mitiguen el agravamiento de las desigualdades existentes.

A través del proceso de Compromisos FP2030, los gobiernos y otras partes interesadas tienen la oportunidad de formalizar las inversiones para apoyar un futuro en el que las mujeres y las niñas de todo el mundo tomen sus propias decisiones informadas sobre el uso de anticonceptivos y la maternidad y participen como iguales en la sociedad y su desarrollo. Los donantes deben reducir los obstáculos a la financiación para garantizar que los recursos se asignan de la forma más eficaz posible y en consonancia con las necesidades y preferencias de las mujeres y las niñas. La sociedad civil y los activistas deben continuar sus esfuerzos para mantener, e idealmente ampliar, la disponibilidad de los servicios de SSR, incluyendo la exigencia de inversiones en programas de SSR, la adquisición de productos básicos de salud críticos, métricas que reflejen los nuevos modelos de prestación de servicios (por ejemplo, autocuidado, prestación diferenciada de servicios [DSD]), y la capacitación de proveedores y diseños de programas que reflejen un enfoque centrado en el cliente y de elección informada, incluyendo la educación sexual integral y los enfoques emergentes basados en la evidencia, como los servicios anticonceptivos que responden a los adolescentes.

Las conclusiones del estudio ECHO siguen siendo un duro recordatorio de la urgente necesidad de ampliar el acceso a los servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento del VIH y otras ITS, especialmente entre las mujeres que viven en zonas de alta incidencia del VIH, y de dar prioridad a la expansión de los métodos y servicios de prevención del VIH entre las mujeres que solicitan servicios de planificación familiar. La prestación de servicios integrados promueve un enfoque de la prestación de servicios sanitarios basado en los derechos y cuenta con el apoyo de destacadas organizaciones sanitarias mundiales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), EE. Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del Sida (PEPFAR), y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) por su potencial para contribuir a la consecución de objetivos críticos de desarrollo. A medida que los países consideran la posibilidad de asumir compromisos en materia de planificación familiar basada en los derechos, ha llegado el momento de reafirmar su apoyo a los servicios integrados de planificación familiar, VIH/ITS y cáncer cervicouterino -todos ellos esenciales para la prestación de servicios integrales de SSR- que se fundamentan en principios basados en los derechos y responden a las necesidades de todos los clientes, independientemente de su edad, estado serológico respecto al VIH, estado civil o paridad.