Cuando se diseñan y aplican adecuadamente, los programas de trabajadores sanitarios comunitarios (TSC) pueden aumentar el uso de métodos anticonceptivos, sobre todo allí donde las necesidades no cubiertas son elevadas, el acceso es escaso y existen barreras geográficas o sociales para el uso de los servicios. Los TCS son especialmente importantes para reducir las desigualdades en el acceso a los servicios, ya que llevan la información, los servicios y los suministros a las mujeres y los hombres de las comunidades en las que viven y trabajan, en lugar de obligarles a acudir a los centros sanitarios, que pueden estar lejos o ser inaccesibles por otros motivos.