Las necesidades de salud sexual y reproductiva de los adolescentes muy jóvenes de 10 a 14 años en los países en desarrollo: ¿Qué demuestran las pruebas?

Puntos clave

    Este informe se basa en análisis de datos de encuestas nacionales y en los resultados de revisiones bibliográficas para ofrecer una visión general de las pruebas sobre aspectos clave de la salud sexual y reproductiva entre adolescentes muy jóvenes de 10 a 14 años que viven en regiones en desarrollo.
    La adolescencia temprana es un periodo de rápidos cambios físicos, sociales, emocionales y cognitivos. Por ello, es un momento crítico para sentar las bases de una salud sexual y reproductiva positiva.

    Muchos países en desarrollo cuentan con políticas nacionales y planes de estudio que apoyan la educación sexual integral (ESI) en las escuelas primarias; sin embargo, los datos disponibles nos dicen poco sobre la medida en que los niños de 10 a 14 años reciben realmente ESI, o sobre la calidad de dicha educación.
    Aunque la mayoría de los adolescentes muy jóvenes afirman que nunca han tenido relaciones sexuales, algunos han empezado a explorar las relaciones íntimas y a participar en actividades sexuales no coitales, como besos, abrazos, caricias y sexo oral y anal.
    Para muchos, la primera relación sexual se produce como resultado de la coacción o la violencia. Entre el 3% y el 23% de las adolescentes de 13 a 17 años declaran haber sufrido violencia sexual en el último año; entre los adolescentes varones, entre el 0% y el 13%.

    La proporción de mujeres adolescentes casadas antes de los 15 años varía según el país -de menos del 1% al 24%-, así como según la región, la residencia y la riqueza.
    Se estima que las adolescentes muy jóvenes tuvieron 777.000 nacimientos en 2016; el 58% de estos nacimientos tuvieron lugar en África, el 28% en Asia y el 14% en América Latina y el Caribe. Algo más de un tercio de los nacimientos de madres menores de 15 años en los países en desarrollo no fueron planificados.

    Ofrecer educación sexual y reproductiva, seguir reduciendo los niveles de matrimonio infantil y violencia sexual, hacer hincapié en normas de género equitativas y ofrecer incentivos económicos en la educación son algunos ejemplos de estrategias para apoyar la salud sexual y reproductiva entre este grupo de edad.