La pandemia de COVID-19 ha obligado al mundo a adoptar una nueva normalidad, siendo el autoaislamiento y el distanciamiento físico el modo de vida global en la actualidad. Y aunque estas medidas preventivas son fundamentales, la lucha contra la crisis del COVID-19 requiere una respuesta social y del sistema sanitario sólida e integradora, que tenga en cuenta las necesidades específicas de las poblaciones vulnerables.
Las políticas y los esfuerzos de salud pública no han abordado las repercusiones de género de los brotes de enfermedades. La pandemia de COVID-19 está agravando las desigualdades preexistentes, dejando al descubierto las vulnerabilidades de los sistemas sociales, políticos y económicos, que a su vez amplifican los efectos de la pandemia. En todos los ámbitos, desde la salud hasta la economía, las repercusiones del COVID-19 se agravan para las mujeres y las niñas.
Este informe analiza el impacto diferencial del COVID-19 y formula recomendaciones para garantizar que las mujeres y las niñas sigan ocupando un lugar central en la planificación de la respuesta al COVID-19 y en los esfuerzos de recuperación.