Guía para identificar y documentar las mejores prácticas en los programas de planificación familiar

Una de las cinco funciones básicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es configurar el programa de investigación y estimular la generación, difusión y aplicación de conocimientos. Esta función subraya la importancia del conocimiento para la formulación de estrategias sanitarias tanto a escala nacional como mundial, con vistas a un funcionamiento eficaz de los sistemas sanitarios. La OMS reconoce la importancia de los métodos e instrumentos de gestión de los conocimientos en el desempeño de esta función básica para mejorar la eficacia y la eficiencia. En su quincuagésima sexta reunión, celebrada en 2006, el Comité Regional de la OMS para África adoptó orientaciones estratégicas y una resolución conexa sobre la gestión de los conocimientos (GC).1,2 Las orientaciones estratégicas pretenden contribuir a mejorar el rendimiento de los sistemas de salud y los resultados sanitarios mediante una GC eficaz en el ámbito de la salud. La resolución reconoce que la gestión de conocimientos consiste en proporcionar los conocimientos adecuados a las personas adecuadas (es decir, responsables políticos, profesionales, gestores de sistemas sanitarios y público en general) y en el formato adecuado para reforzar los sistemas sanitarios y mejorar los resultados sanitarios.

Uno de los objetivos específicos de las orientaciones estratégicas es maximizar el impacto del conocimiento explícito y tácito, incluida la investigación sanitaria y el conocimiento basado en la experiencia, mediante el intercambio y la aplicación eficaces del conocimiento. Se espera que los países se beneficien enormemente del intercambio de experiencias y soluciones entre sí. Sin embargo, uno de los principales obstáculos al intercambio de conocimientos y a la reaplicación de la experiencia es la escasa cultura de documentación e intercambio de información y conocimientos. Aunque los conocimientos pertinentes pueden existir en la mente de las personas, no siempre es posible acceder a ellos o pueden existir en formatos que limitan la capacidad de las personas para conocerlos o encontrarlos. Esto subraya la necesidad de que los responsables de la toma de decisiones, los profesionales sanitarios, las comunidades y el personal de la OMS puedan encontrar, utilizar y compartir conocimientos sobre experiencias de lo que funciona y lecciones aprendidas.