La educación sexual integral (ESI) -que incluye el aprendizaje sobre las relaciones de pareja, el género y la violencia de género (VG), el sexo, la sexualidad y la salud y los derechos sexuales y reproductivos (SDSR)- puede capacitar a los jóvenes para tomar decisiones informadas y autónomas sobre sus relaciones actuales y futuras.
La ESI también puede influir en un cambio positivo de las normas sociales que sustentan la violencia contra las mujeres y las niñas (VCMN), como las nociones nocivas de masculinidad y los roles y estereotipos de género rígidos, tanto en las escuelas como en la comunidad en general.
A partir de datos globales sobre intervenciones de ESI y de investigaciones primarias y secundarias en Camboya y Uganda, este informe explora hasta qué punto la ESI puede ser un mecanismo clave para promover la igualdad de género, cambiar las normas sociales perjudiciales y prevenir la VCMN.
Este informe encuentra pruebas convincentes de que la ESI puede considerarse no sólo como parte de una educación de calidad, sino también como parte de un enfoque holístico para prevenir la VCMN. Sin embargo, se necesitan más pruebas sobre “lo que funciona” en el cambio de actitudes sobre la igualdad de género y la reducción de la VCMN como parte de la prestación de la ESI.