El histórico informe “8.000 millones de vidas, infinitas posibilidades: el caso de los derechos y las opciones” reclama un replanteamiento radical de la forma en que se presentan las cifras de población, instando a políticos y medios de comunicación a abandonar las exageradas narrativas sobre auges y crisis demográficas. En lugar de preguntarse a qué velocidad se reproduce la gente, los líderes deberían preguntarse si las personas, especialmente las mujeres, pueden tomar libremente sus propias decisiones reproductivas, una pregunta cuya respuesta, con demasiada frecuencia, es no.
El informe recomienda encarecidamente a los gobiernos que pongan en marcha políticas centradas en la igualdad y los derechos de género, como programas de permiso parental, créditos fiscales por hijos, políticas que promuevan la igualdad de género en el lugar de trabajo y el acceso universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos. Éstos ofrecen una fórmula probada que cosechará dividendos económicos y dará lugar a sociedades resistentes capaces de prosperar independientemente de cómo cambien las poblaciones.