Imagina dar a los estudiantes kenianos algo que se ha demostrado que les ayuda a tomar decisiones sanas e informadas sobre su vida sexual y reproductiva.
La solución ya existe: educación sexual integral.
Para ser integral, la educación sexual debe ser científicamente precisa, adecuada a la edad, sin prejuicios y sensible al género. Las lecciones deben extenderse a la prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), así como a la anticoncepción y los embarazos no deseados. Los alumnos también deben aprender sobre valores y habilidades interpersonales, género y derechos sexuales y reproductivos. Los programas que cubren todos estos temas pueden tener un impacto positivo en la salud sexual y reproductiva de los adolescentes.
Investigaciones anteriores muestran que, a escala nacional, más de un tercio de los adolescentes keniatas de entre 15 y 19 años ya han mantenido relaciones sexuales. Aproximadamente una quinta parte son sexualmente activos en la actualidad. Y aunque sólo cuatro de cada diez adolescentes solteras sexualmente activas utilizan algún método anticonceptivo moderno, la gran mayoría de ellas quiere evitar el embarazo. Aproximadamente una quinta parte de ellas ya son madres, y más de la mitad de estos nacimientos no fueron planificados.
La maternidad temprana puede limitar la capacidad de las niñas para seguir escolarizadas y desarrollar las habilidades necesarias para pasar con éxito a la edad adulta. Los conocimientos sobre la infección por VIH también siguen siendo motivo de preocupación: Alrededor de la mitad de los adolescentes de Kenia no tienen un conocimiento exhaustivo del VIH/SIDA.
En un momento en el que un nuevo plan de estudios nacional está comenzando su fase piloto, nuestro estudio recientemente publicado proporciona pruebas críticas de las lagunas en el contenido y la impartición de los programas de educación sexual existentes y una oportunidad para reforzarlos.
El estudio, realizado en 2015 en 78 colegios públicos y privados, reveló que, según los informes, tres de cada cuatro profesores encuestados imparten todos los temas que constituyen un programa integral de educación sexual. Sin embargo, sólo el 2% de los 2.484 estudiantes de la muestra afirmaron haber aprendido sobre todos los temas.
Peor aún, se enseña información incompleta y a veces inexacta. La mayoría de los profesores encuestados afirmaron hacer hincapié en sus clases en que la abstinencia es el mejor o el único método para prevenir el embarazo y las ITS. Sin embargo, numerosos estudios han demostrado que los programas de abstinencia no funcionan.
Sólo el 20% de los alumnos de nuestro estudio había aprendido sobre los tipos de métodos anticonceptivos. Y aún menos habían aprendido a utilizar los métodos y dónde acceder a ellos. La mayoría de los profesores también afirmaron hacer mucho hincapié en que mantener relaciones sexuales es peligroso o inmoral para los jóvenes. Además, casi seis de cada diez profesores que enseñan sobre preservativos dicen incorrectamente a sus alumnos que los preservativos por sí solos no son eficaces para prevenir el embarazo. Algo falla en esta foto.