Esperanza y angustia para Pakistán en la era del cambio climático

Aprovechar la voz de las mujeres y los jóvenes para resistir la crisis climática

Por Maheen Dhanani, FP2030 Youth Focal Point para Pakistán y Senior Program Officer, South Asia, Middle East, and North Africa, Pathfinder International

Mi país es un país de esperanza y angustia. En Pakistán, las tradiciones se entrelazan con las aspiraciones modernas. Las tierras fértiles dan vida a una agricultura abundante que representa casi una cuarta parte de la economía. Vastas extensiones de tierras de cultivo se desprenden en montañas, con la asombrosa cifra de 7.200 glaciares. Abunda la diversidad natural.

Pero nuestro lienzo natural está en peligro. Las catástrofes relacionadas con el clima de las dos últimas décadas han tenido un impacto devastador. En 2022, unas devastadoras inundaciones trastornaron la vida de más de 33 millones de personas, dejando un rastro de destrucción e infraestructuras arruinadas que la nación ha luchado por comprender y superar.

Aunque Pakistán es uno de los países donde el cambio climático está causando mayores estragos, los paquistaníes sólo han contribuido modestamente a las emisiones mundiales de carbono: menos del 1%. Al igual que el cambio climático está teniendo un impacto desproporcionado en Pakistán, esas repercusiones se dejan sentir más entre las poblaciones marginadas, acentuando las desigualdades preexistentes. Las mujeres y las niñas se sitúan al frente de la adversidad.

Satisfacer las necesidades de las mujeres rurales

Consideremos la difícil situación de las mujeres rurales, a menudo con un acceso limitado a la atención sanitaria, incluso en ausencia de catástrofes naturales. Este déficit puede atribuirse a varios factores, como la falta de servicios de calidad ofrecidos por el sistema sanitario, las normas y tradiciones de género que dictan que los hombres deben acompañar a las mujeres cuando buscan servicios sanitarios y tomar decisiones por ellas, el simple hecho de estar demasiado lejos de un centro sanitario o el desconocimiento de dónde se ofrecen los servicios.

Esto ocurre con los servicios de planificación familiar, lo que provoca embarazos no deseados y que las mujeres no puedan tomar sus propias decisiones en materia de salud reproductiva. Las catástrofes relacionadas con el clima agravan aún más este problema, comprometiendo y destruyendo las infraestructuras sanitarias, poniendo la atención sanitaria aún más fuera de nuestro alcance, dando lugar a numerosos problemas de salud y dejando a las mujeres sin acceso a la anticoncepción y a servicios de salud reproductiva que pueden salvarles la vida.

Estos retos me inquietan profundamente, pero me aferro a la esperanza. Aunque el camino por recorrer sigue siendo largo, se están dando pasos hacia el progreso.

La labor de resiliencia climática de Pathfinder, por ejemplo, refuerza el sistema sanitario preparándolo para resistir mejor las crisis y prestar un mejor servicio en ellas, al tiempo que capacita a las mujeres y sus familias para seguir siendo resilientes ante las adversidades inducidas por el clima. Una de las iniciativas de Pathfinder se extiende por seis distritos de Pakistán, y el impacto logrado hasta ahora es innegablemente significativo. A lo largo del año pasado, unos 300.000 miembros de la comunidad participaron en sesiones de concienciación sobre preparación ante catástrofes y planificación familiar, y unos 400 centros de salud han sido preparados para afrontar crisis de emergencia. En el distrito de Badin, las mujeres que actúan como “campeonas del clima” han plantado más de 13.000 plantones de mangle, mejorando la biodiversidad y el rendimiento de los cultivos y protegiendo la costa de la erosión y las mareas.

Participación de los jóvenes en la elaboración de políticas

Los avances son más evidentes en los jóvenes que marcan la trayectoria del cambio. Ellos tienen la clave del potencial transformador de Pakistán. Para impulsar un cambio significativo y una transformación duradera, los responsables políticos de todos los niveles de gobierno, especialmente a escala nacional, deben elevar el papel de la juventud y garantizar su participación activa en los diálogos políticos nacionales y en los procesos de toma de decisiones.

Aunque el gasto sanitario de Pakistán sigue siendo inferior al 1% de su PIB, la actual fase de transformación política del país brinda la oportunidad de reconsiderar las prioridades nacionales y las inversiones en salud y clima. Es imperativo integrar las voces de los jóvenes en la planificación y la elaboración de políticas.

Los gobiernos federal y provinciales de Pakistán han dado pasos para implicar a los jóvenes en la planificación y la formulación de políticas. El establecimiento por parte del gobierno federal de un Consejo Nacional de la Juventud en el marco del Programa Nacional de Desarrollo de la Juventud Kamyab Jawan (2019-2023), que proporciona una plataforma para las aportaciones de los jóvenes en la formulación de políticas y la colaboración con los responsables políticos, se erige como un esfuerzo encomiable. Pero hay que tomar más medidas decisivas.

En Pakistán, debemos integrar plenamente a los representantes de los jóvenes en los comités de desarrollo de políticas y consultas establecidos para garantizar que sus voces informan las decisiones sobre salud y cambio climático. Además, el gobierno federal debería crear grupos de trabajo dirigidos por jóvenes y centrados en sectores críticos, como la salud y la sostenibilidad medioambiental. Estos grupos de trabajo podrían colaborar con los ministerios para llevar a cabo investigaciones, generar ideas innovadoras y proponer políticas viables. Las perspectivas de los jóvenes no sólo aprovecharán el potencial de cambio transformador, sino que fomentarán un sentido de propiedad y compromiso en las próximas generaciones que puede impulsar las iniciativas de resiliencia climática y sanitaria.

Aprovecharé mi papel fundamental como Punto Focal de la Juventud FP2030 para Pakistán para impulsar la salud y la resiliencia climática. Esto incluye reunir a los ministerios gubernamentales, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado para crear conjuntamente y, lo que es más importante, aplicar estrategias que integren programas de salud y planificación familiar dirigidos por jóvenes con iniciativas de resiliencia climática.

Juntos, podemos iluminar un camino futuro en el que la adaptabilidad y la resistencia a la crisis climática se conviertan en piedras angulares de una sociedad más equitativa.

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