Cada año, casi 700 millones de mujeres acceden a métodos anticonceptivos modernos, más de 90 millones dan a luz en un centro sanitario y decenas de millones acceden a servicios de aborto seguro en todo el mundo. Sin embargo, en medio de esta pandemia, las malas políticas y las barreras estructurales pueden contribuir a que muchas personas pierdan el acceso a estos servicios esenciales.
Con el fin de tener una idea más clara de los posibles efectos de la pandemia de COVID-19, un equipo de investigación del Guttmacher utilizó datos sobre la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva de 132 países de ingresos bajos y medios (PRMB), que abarcan a 1.600 millones de mujeres en edad reproductiva (entre 15 y 49 años), para estimar el impacto de los retos relacionados con la pandemia en la prestación de servicios básicos y los consiguientes resultados sanitarios. Estos problemas incluyen el desvío de suministros, equipos y personal a otros tipos de atención; interrupciones en la cadena de suministro; mujeres que evitan la atención preventiva o eligen dar a luz fuera de los centros; y cierres de clínicas.