A medida que se aceleran los esfuerzos para hacer frente a la necesidad insatisfecha de planificación familiar y anticoncepción (PF/C), el uso voluntario, la elección informada y la calidad deben seguir siendo prioritarios. La participación activa de las poblaciones afectadas ha sido reconocida como uno de los principios clave para garantizar los derechos humanos en la prestación de PF/C y para mejorar la calidad de la atención. Sin embargo, la participación comunitaria sigue sin abordarse adecuadamente en los programas de PF/C a gran escala. La relación desigual entre la comunidad y los proveedores sanitarios puede ser un obstáculo para el éxito de la participación. Esta revisión del alcance identifica los enfoques participativos que implican tanto a la comunidad como a los proveedores sanitarios para los servicios de PF/C y analiza las pruebas pertinentes. El análisis detallado de 25 artículos proporcionó información sobre 28 programas específicos e identificó tres tipos de enfoques para la participación de la comunidad y el personal sanitario en los programas de PF/C. Los tres enfoques eran: (i) creación de nuevos grupos, ya sean comités de salud para vincular a los proveedores y usuarios de servicios sanitarios o equipos de ejecución para llevar a cabo actividades específicas de mejora o ampliación de los servicios sanitarios disponibles, (ii) identificación de las estructuras comunitarias existentes y colaboración con ellas para optimizar el uso de los servicios sanitarios y (iii) puesta en funcionamiento de herramientas que faciliten la colaboración entre la comunidad y los proveedores de servicios sanitarios para mejorar la calidad. La integración de la participación de la comunidad y de los profesionales sanitarios en la provisión de PF/C se llevó a cabo a través de programas exclusivos de PF/C, programas centrados en la PF/C y/o como parte de un paquete de servicios sanitarios. Las justificaciones de las intervenciones varían y pueden ser múltiples. Los ejemplos incluyen programas iniciados por investigadores, ONG o servicios sanitarios con objetivos claros de mejorar la prestación de servicios de PF/C o aumentar la demanda de servicios; facilitar la participación de los miembros de la comunidad o los usuarios de los servicios y, en algunos casos, pueden combinar el desarrollo socioeconómico y el aumento de la autosuficiencia o el control sobre la salud sexual y reproductiva. Aunque varios estudios informaron de un aumento del conocimiento y la aceptación de la PF/C, la falta de mecanismos sólidos de seguimiento y evaluación y de datos cuantitativos y comparables dificultó la generación de recomendaciones claras. Es imperativo que los programas se diseñen, evalúen y comuniquen sistemáticamente.