En los últimos 20 años se han producido avances impresionantes en la sanidad mundial, con millones de vidas salvadas gracias a la ampliación del acceso a medicamentos esenciales y otros productos sanitarios. Grandes iniciativas internacionales respaldadas por miles de millones de dólares en ayuda al desarrollo han aportado nuevos fármacos, diagnósticos y otras innovaciones a la lucha contra el VIH, la malaria, la tuberculosis y otras plagas. Pero detrás de estos éxitos hay una realidad inaceptable: En muchos países de renta baja y media, los productos sanitarios que salvan vidas no están disponibles o están fuera del alcance de las personas que más los necesitan. Aunque el contexto de cada país es único, un suministro fiable, asequible y de alta calidad de productos sanitarios es una necesidad vital para cualquier sistema sanitario. En su ausencia, las mejoras sanitarias duraderas seguirán siendo difíciles de alcanzar.
El acceso a medicamentos, diagnósticos, dispositivos y equipos depende en gran medida de la eficiencia de su adquisición. La contratación es, por tanto, fundamental para los esfuerzos de los países de ingresos bajos y medios por mejorar la salud, cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible y lograr la cobertura sanitaria universal. La compra de productos sanitarios en los países de renta baja y media-baja ya representa una parte considerable del gasto sanitario global; de hecho, en sólo un subconjunto de estos países, el gasto en productos sanitarios asciende a un total estimado de 50.000 millones de dólares al año. Las adquisiciones no sólo son esenciales para las misiones de entidades sanitarias mundiales como el Fondo Mundial, Gavi, UNICEF, UNFPA y PEPFAR, sino que también representan mucho dinero. En el caso del Fondo Mundial, la adquisición de productos sanitarios representa 2.000 millones de dólares al año, es decir, casi la mitad de sus desembolsos de 2017. Sin embargo, a pesar de su importancia, la adquisición es una función del sistema de salud infravalorada. Los sistemas de adquisición actuales están lastrados por ineficiencias que hacen que algunos de los países más pobres paguen algunos de los precios de los medicamentos más altos del mundo.
En un panorama sanitario mundial cambiante, es necesario un enfoque previsor para anticiparse a los retos del mañana y planificar el futuro. Con este fin, el Centro para el Desarrollo Mundial convocó al Grupo de Trabajo sobre el Futuro de las Adquisiciones Sanitarias Mundiales para que examinara los datos y formulara recomendaciones sobre el modo en que la comunidad sanitaria mundial -organizaciones sanitarias internacionales, sus donantes bilaterales y fundaciones, y países de ingresos bajos y medios- puede garantizar la pertinencia, eficiencia, calidad, asequibilidad y seguridad a medio y largo plazo de las adquisiciones sanitarias mundiales. Es importante destacar que el grupo limitó su atención al proceso de contratación: el trayecto de un producto sanitario desde el fabricante hasta un almacén centralizado u otra instalación de venta al por mayor. La cadena de suministro y el proceso de entrega -el trayecto del producto desde el almacén hasta el usuario final- quedaban fuera del alcance del Grupo de Trabajo.