Los servicios sanitarios esenciales para mujeres y niños en muchos países de renta baja se están viendo alterados por el COVID-19, según las nuevas conclusiones publicadas por el Fondo Mundial de Financiación para Mujeres, Niños y Adolescentes (GFF), utilizando los datos cuantificables más amplios disponibles hasta la fecha. El análisis va más allá de las proyecciones anteriores y se basa en los datos comunicados por 63.000 centros sanitarios.
En la mayoría de los países se han observado alteraciones sustanciales en las visitas ambulatorias y las vacunaciones de los niños pequeños. En varios países también se observaron alteraciones en la atención a mujeres embarazadas y madres recientes, y en los partos seguros a cargo de personal sanitario cualificado.
“Estas alteraciones confirman nuestras primeras advertencias de que las repercusiones sanitarias secundarias causadas por COVID-19 están poniendo en peligro muchos años de avances en la salud y la nutrición de las mujeres y los niños que tanto ha costado conseguir. La comunidad internacional debe responder con rapidez y decisión para salvar vidas y proteger la prestación de estos servicios esenciales como parte de una sólida recuperación de la pandemia”, declaró Muhammad Pate, Director Mundial de Salud, Nutrición y Población del Banco Mundial y Director del GFF.
Un nuevo análisis de los datos nacionales hasta junio de 2020 muestra:
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La vacunación infantil fue el servicio más perturbado entre los países estudiados, con un descenso significativo del número de niños totalmente vacunados en Liberia (descenso del 35%), Nigeria (13%) y Afganistán (11%). Dado que los programas de vacunación protegen a millones de niños de una amplia gama de enfermedades infantiles comunes y reducen significativamente la mortalidad infantil, estas alteraciones son muy preocupantes.
El número de consultas externas disminuyó en todos los países en los que se realizó un seguimiento. La mayor reducción se observó en Liberia, con un descenso del 35% en las consultas de niños menores de cinco años.
Muchas mujeres corrían un mayor riesgo de sufrir complicaciones o morir a causa del embarazo. El número de mujeres que acudieron a las cuatro visitas médicas recomendadas durante el embarazo descendió en Liberia (18%), y la iniciación de mujeres que buscaban atención médica durante el embarazo descendió en Nigeria (16%).
Los primeros resultados de una encuesta realizada en Nigeria muestran que el 26% de los encuestados que necesitaban servicios sanitarios afirmaron que no podían acceder a los servicios que necesitaban. De ellos, la mayoría -el 55%- afirmó que no podía acceder porque no podía permitirse pagar, mientras que una cuarta parte de los encuestados dijo que se debía a los cierres y restricciones de circulación impuestos para controlar la pandemia.
Las alteraciones varían según los indicadores y los países. Por ejemplo, en Nigeria hubo un descenso de más del 10% en abril y en mayo del 15% en los servicios de planificación familiar, y del 6% en las mujeres que dan a luz en centros sanitarios. Sin embargo, en la mayoría de los países los resultados de los indicadores son desiguales. Por ejemplo, en Afganistán, si bien no se produjeron cambios significativos en las consultas postnatales como consecuencia de la crisis, sí hubo un descenso del 14% en las consultas ambulatorias.