En el Día Mundial de los Refugiados, 20 de junio, somos testigos de la fuerza, el valor y la perseverancia de millones de mujeres y niñas obligadas a abandonar sus hogares por conflictos violentos.
por Jennifer Schlecht, asesora principal de CARE/FP2020 sobre preparación y respuesta ante emergencias
Vivimos en una era de desplazamientos globales: Casi el uno por ciento de la población mundial se ha visto desplazada a la fuerza por la violencia, la guerra y la persecución. El número de refugiados y desplazados internos (68,5 millones en el último recuento) es el más alto jamás registrado, mayor incluso que tras la Segunda Guerra Mundial. Y no hay tregua a la vista. Cada dos segundos, otra persona es expulsada de su hogar y se ve obligada a una búsqueda desesperada y de pesadilla en busca de seguridad.
Para FP2020, las mujeres y niñas afectadas por crisis forman parte de nuestro mandato de no dejar a nadie atrás. Con millones de mujeres y niñas huyendo de la violencia -y millones más desplazadas por catástrofes naturales, sequías y hambrunas-, los compromisos de FP2020 y los principios basados en los derechos no pueden cumplirse sin esfuerzos deliberados para llegar a estos grupos vulnerables.
En estos momentos se calcula que 32 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva necesitan ayuda humanitaria urgente, ya sea a causa de conflictos o de catástrofes naturales. Y la anticoncepción es una parte esencial del paquete humanitario. Estas mujeres y niñas se han visto aisladas de sus proveedores sanitarios habituales y sus rutinas anticonceptivas se han visto alteradas, con lo que su capacidad para prevenir embarazos no deseados podría haber llegado a su fin. El riesgo de violencia sexual en estos entornos es altísimo. Estar embarazada o dar a luz durante una crisis es especialmente peligroso, con mayores tasas de mortalidad y lesiones maternas. En un entorno de creciente violencia de género, partos de riesgo, atención médica inadecuada y futuro incierto, la anticoncepción es una intervención esencial para salvar vidas.
Por eso FP2020 incorpora la preparación y respuesta ante emergencias a nuestro trabajo. En colaboración con CARE, nos centraremos en apoyar los compromisos nacionales de FP2020 para llegar a las mujeres y niñas en contextos de crisis. Las crisis humanitarias pueden suponer una pesada carga para la capacidad de respuesta y recuperación de un gobierno. Incluso los sistemas sanitarios que han estado funcionando a una capacidad relativamente alta pueden tener dificultades en una emergencia, y pueden perderse valiosos logros en materia de desarrollo, como la disminución de las tasas de mortalidad infantil y las mejoras en la salud materna. Los esfuerzos de preparación son esenciales para aumentar la resiliencia, de modo que los sistemas sanitarios puedan recuperarse mejor y los países puedan seguir prestando unos servicios muy necesarios.
FP2020 colaborará con los países y los organismos de ejecución para identificar sus necesidades de preparación y respuesta, y luego trabajará con los socios para desarrollar herramientas que puedan satisfacer esas necesidades. También empezaremos a cubrir este material a través de nuestros canales habituales de apoyo a los países, incluidos los talleres de puntos focales de FP2020, los seminarios web y las consultas sobre planes de acción. Nuestro enfoque en todo momento consistirá en garantizar que, como comunidad, nos centremos en crear sistemas sólidos y resistentes que permitan a los países llegar a las personas más difíciles de alcanzar.
A nivel mundial, FP2020 también trabajará con sus socios para garantizar que la planificación familiar siga siendo una prioridad a lo largo del ciclo de desastres, apoyando y supervisando la inclusión de la anticoncepción como un componente esencial dentro del Paquete de Servicios Iniciales Mínimos, y en la transición de los programas a la atención integral de la salud sexual y reproductiva. Colaboraremos para documentar las mejores prácticas y reforzar los conocimientos tanto en la comunidad humanitaria como en la de desarrollo. Las crisis pueden ser la primera ocasión en que los gobiernos, los sistemas de las Naciones Unidas y sus ONG asociadas llegan a poblaciones marginadas, remotas o desatendidas (y anteriormente invisibles) con servicios de planificación familiar. Un marco mejorado de datos, seguimiento y rendición de cuentas ayudará a arrojar luz sobre los necesitados y a obtener mejores resultados para las mujeres y las niñas en estos entornos.
Nuestro mundo se enfrentará a más y más crisis y, con toda probabilidad, el nivel de desplazamientos seguirá aumentando. Habrá más refugiados, más desplazados, más catástrofes naturales, más sequías y hambrunas. Tenemos que ser estratégicos y proactivos como comunidad para asegurarnos de que estamos a la altura del reto. Hoy, y todos los días, FP2020 se compromete a llegar a las mujeres y niñas afectadas por crisis con una planificación familiar basada en los derechos que salva vidas. Esperamos colaborar con los países y los actores mundiales para hacer avanzar esta agenda y construir un mañana mejor para millones de mujeres y niñas refugiadas y desplazadas.