Es esencial un enfoque integral para mejorar el bienestar de las jóvenes
La capacidad de alcanzar la salud y los derechos sexuales y reproductivos, incluida la capacidad de decidir si tener hijos y cuándo, es fundamental para la salud y el bienestar de todas las mujeres. Sin embargo, nuevos datos del Guttmacher Institute muestran graves deficiencias en los servicios de salud sexual y reproductiva para las adolescentes de Uganda. Por ejemplo, se calcula que 648.000 mujeres de 15 a 19 años en Uganda son sexualmente activas y no desean tener un hijo en los próximos dos años. Sin embargo, dentro de este grupo, más del 60% tienen una necesidad insatisfecha de anticoncepción moderna, lo que significa que o bien no utilizan ningún método anticonceptivo o bien utilizan un método anticonceptivo tradicional.
Aproximadamente la mitad de los embarazos entre mujeres de 15 a 19 años en Uganda son no deseados, lo que supone un total estimado de 214.000 embarazos no deseados al año. La inmensa mayoría (88%) de estos embarazos se producen entre adolescentes con una necesidad insatisfecha de anticoncepción moderna.
“Es esencial una mayor inversión para garantizar que los jóvenes tengan acceso a una educación sexual integral y adecuada a su edad, así como a servicios de salud sexual y reproductiva de alta calidad”, afirmó Patrick Segawa, de Public Health Ambassadors Uganda. “Hay que capacitar a los jóvenes para que tomen decisiones informadas sobre salud sexual y reproductiva a fin de que alcancen todo su potencial”.
Los autores del estudio también descubrieron que muchas de las 249.000 adolescentes que dan a luz cada año no reciben los componentes esenciales de la atención materna y neonatal recomendados por la Organización Mundial de la Salud y el Ministerio de Sanidad ugandés. Por ejemplo, la mitad no recibe el número recomendado de visitas de atención prenatal y un tercio no da a luz en un centro sanitario.
Adoptar un enfoque integral en la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva para adolescentes reportaría inmensos beneficios para la salud. Si se cubrieran todas las necesidades insatisfechas de anticonceptivos modernos entre las adolescentes de Uganda, los embarazos no deseados en este grupo disminuirían en un 72%. Además, si la plena provisión de anticonceptivos modernos se combinara con una atención médica adecuada para todas las adolescentes embarazadas y sus recién nacidos, las muertes maternas de adolescentes disminuirían un 76% al año.
Invertir en satisfacer las necesidades tanto de anticoncepción moderna como de atención sanitaria materna y neonatal también costaría menos en comparación con centrarse únicamente en la atención sanitaria materna y neonatal. Esto se debe a que el coste de prevenir un embarazo no deseado mediante el uso de métodos anticonceptivos modernos es mucho menor que el coste de la atención a un embarazo no deseado. De hecho, la plena satisfacción de las necesidades de atención sanitaria materna y neonatal junto con la satisfacción de las necesidades de anticonceptivos modernos de las mujeres adolescentes en Uganda ahorraría aproximadamente 26 millones de dólares anuales en comparación con el coste de satisfacer únicamente las necesidades de atención sanitaria materna y neonatal. Esta doble inversión se traduce en un coste de 2,19 dólares por persona y año.
“Con demasiada frecuencia, los diversos componentes de la salud sexual y reproductiva se tratan como cuestiones separadas, pero todos están interrelacionados”, afirma Taylor Riley, investigador asociado del Guttmacher Institute y coinvestigador de las nuevas estimaciones. “Abordar la necesidad insatisfecha de anticoncepción moderna por parte de los adolescentes junto con proporcionar a todas las adolescentes embarazadas y a sus recién nacidos los niveles de atención recomendados son ambos aspectos fundamentales para salvar vidas y mejorar la salud y el bienestar de los jóvenes.”
Los autores recomiendan adoptar un enfoque coordinado y polifacético para mejorar la salud sexual y reproductiva de los adolescentes en Uganda. Por ejemplo, los programas de salud centrados en los jóvenes deben ser no discriminatorios y precisos desde el punto de vista médico, así como adecuados desde el punto de vista cultural y del desarrollo. Los enfoques deben incluir la mejora del acceso y la calidad de la educación sexual integral, así como de los servicios de salud sexual y reproductiva, tanto dentro como fuera del entorno escolar.