La delegación de Sudán del Sur en el recién finalizado Taller de Puntos Focales de África Anglófona en Uganda se reunió con miembros del Consorcio de Planificación Familiar de Uganda (UFPC), al margen de la reunión como parte del aprendizaje de sur a sur bajo la iniciativa FP2030 East and Southern Africa (ESA) Hub.
La UFPC es una organización sin ánimo de lucro creada en 2010 para proporcionar una plataforma a los agentes de la salud reproductiva (SR) y la planificación familiar (PF), el sector privado, el mundo académico y los responsables políticos para colaborar, compartir conocimientos y trabajar juntos en nuevas formas complementarias para evitar la duplicación.
La Dra. Carol Sekimpi, Presidenta de la Junta Directiva de la UFPC, dio la bienvenida a la delegación y declaró: “vecinos amistosos, Uganda está más que dispuesta a trabajar con sus hermanos y hermanas para garantizar que la planificación familiar llegue a todas las partes de Sudán del Sur”.
Añadió que su organización estaba más que dispuesta a trabajar con Sudán del Sur como “socio técnico” para desarrollar la capacidad institucional de las organizaciones de la sociedad civil (OSC), con el fin de aplicar programas eficaces de salud reproductiva y prevención del VIH. El Dr. Sekimpi expresó su gratitud al FP2030 ESA Hub por la iniciativa y dijo que sus “puertas estaban abiertas” para un mayor compromiso e intercambio.
La Directora Gerente del FP2030 ESA Hub, la Dra. Sheila Macharia, declaró que la reunión de la Estructura de Puntos Focales de Sudán del Sur y la UFPC formaba parte de sus esfuerzos deliberados para que los países aprendan unos de otros con el fin de establecer y amplificar las buenas prácticas en todo el hub.
“Estamos muy interesados en el aprendizaje de sur a sur, y queremos que el intercambio de buenas prácticas entre iguales, de país a país, sea la norma en todo el centro”, afirmó Macharia.
Los sursudaneses se mostraron dispuestos a aprender de la UFPC, especialmente en lo que respecta a la distribución de productos de planificación familiar y a llegar hasta el último kilómetro, así como a la forma en que el gobierno y la sociedad civil pueden colaborar estrechamente.
Mientras tanto, Sudán del Sur se enfrenta al periodo más difícil desde que obtuvo la independencia hace una década, con un conjunto de crisis convergentes que incluyen los niveles más altos de inseguridad alimentaria de su historia, repetidas inundaciones, conflictos armados y una nueva oleada de la pandemia COVID-19.
Todo esto tuvo como efecto neto que las mujeres y las niñas no pudieran acceder a los servicios de salud reproductiva y planificación familiar debido al desabastecimiento y a la inseguridad provocada por la guerra.
La violencia entre grupos armados está generando nuevas oleadas de desplazados internos, que se suman a una población ya estimada en más de 1,6 millones, sin contar otros 2,3 millones que han huido de Sudán del Sur.
Para las mujeres y las niñas, afectadas de forma desproporcionada por la escasez de alimentos y ya sometidas a una violencia de género generalizada, también significa enfrentarse a riesgos aún mayores de abusos, explotación, incluida la violencia sexual y los matrimonios precoces y forzados. Los ataques contra el personal, los bienes y los recintos humanitarios también se han intensificado en las últimas semanas, perjudicando directamente a quienes necesitan ayuda humanitaria urgente.