COVID-19 está demostrando el impacto de las epidemias en la continuidad de la prestación de asistencia, en particular para la PF/SR. Por ello, además de las medidas adoptadas para combatir el COVID-19, nos dimos cuenta de la importancia de llevar a cabo acciones paralelas que garanticen la disponibilidad y continuidad de los servicios esenciales de RMNCAH.
“El virus se extiende por todo el país y nadie está a salvo”. Esta afirmación tan común no es tranquilizadora. Con un primer caso declarado oficialmente el 2 de marzo de 2020, Senegal cuenta ahora con 14.044 casos y 292 muertes hasta el 8 de septiembre de 2020. Es uno de los países más afectados de África Occidental, después de Nigeria (55.160), Ghana (44.869) y Costa de Marfil (18.701). Los senegaleses están aprendiendo a vivir con el virus. Hasta esta misma fecha, los 17 países de África Occidental tienen un total combinado de 173.147 casos confirmados de coronavirus, incluidas 147.613 personas recuperadas y 2.712 fallecidas. Frente a COVID-19, la fragilidad de los sistemas sanitarios africanos ha despertado mucho temor.
La experiencia de Senegal con epidemias, incluida la del ébola en 2013 y 2014, le ayudó a desarrollar rápidamente reflejos de anticipación, vigilancia y coordinación, como el cierre de fronteras, para evitar la propagación de la pandemia. Esto permitió limitar muy pronto el número de casos importados. El 23 de marzo, el gobierno declaró el estado de emergencia acompañado de fuertes medidas sanitarias. Las autoridades sanitarias emprendieron una amplia campaña de movilización comunitaria en colaboración con las autoridades locales y los líderes comunitarios y tradicionales para apoyar la participación de la comunidad.