La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) está teniendo consecuencias sociales y económicas devastadoras en todo el mundo. Sin embargo, las cifras de infecciones y muertes por sí solas no ofrecen una imagen precisa del enorme impacto de género de la pandemia. Aunque los datos disponibles sugieren que los hombres experimentan tasas más elevadas de muertes relacionadas con el COVID-19, las mujeres y las niñas están soportando una carga desproporcionada de los mayores impactos de la pandemia y de las respuestas de emergencia de los Estados.
El objetivo de esta guía es ofrecer recomendaciones a los gobiernos para hacer frente al impacto discriminatorio y de género del COVID-19. Destaca las buenas prácticas; comparte las lecciones aprendidas del VIH y otras crisis de salud pública anteriores; proporciona información estratégica; pide el compromiso de las comunidades más afectadas por COVID-19; y establece recomendaciones concretas inmediatas y de futuro para las respuestas a las crisis, el desarrollo de políticas y las estrategias de inversión. La guía presenta seis áreas clave de preocupación en relación con los derechos humanos de las mujeres y las niñas en toda su diversidad durante la pandemia de COVID-19: las diferentes necesidades de las mujeres y las niñas, especialmente las más marginadas; el acceso a los servicios sanitarios esenciales; la epidemia desatendida de violencia de género contra las mujeres y las niñas; el uso indebido de leyes penales y punitivas; la educación, la salud y el bienestar de las adolescentes y las mujeres jóvenes; y la valoración del trabajo de las mujeres y la conversión del trabajo de cuidados no remunerado en un trabajo de todos.
El análisis específico de género y las recomendaciones aquí contenidas se basan en la valiosa información obtenida de la respuesta mundial al VIH, reconociendo que muchos de los mismos factores estructurales de desigualdad en la epidemia de VIH son los mismos que impulsan la desigualdad en la actual pandemia de COVID-19. Ni el COVID-19 ni el VIH pueden superarse sin dar prioridad a las poblaciones más marginadas y reconocer que las personas tienen experiencias y necesidades diversas. En esta línea, debemos evitar adoptar respuestas uniformes que no tengan en cuenta los contextos locales ni garanticen los derechos humanos de todas las personas afectadas por la crisis y su respuesta.