En la actualidad, hay 1.200 millones de adolescentes de entre 10 y 19 años en todo el mundo. Como generación del futuro, es nuestra responsabilidad colectiva dotarles de las herramientas que necesitan para prosperar, y hacerlo es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de Planificación Familiar 2020 (FP2020). Comprender y satisfacer sus necesidades de salud sexual y reproductiva es fundamental, pero la mayoría de los adolescentes carecen de la información y los servicios que necesitan para hacer realidad su salud y sus derechos sexuales y reproductivos.
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De los 252 millones de mujeres adolescentes de entre 15 y 19 años que vivían en regiones en desarrollo en 2016, se estima que 38 millones son sexualmente activas y no desean tener un hijo en los próximos dos años.
Y, sin embargo, el 60% de los 38 millones de adolescentes casadas o solteras y sexualmente activas que no quieren quedarse embarazadas no utilizan anticonceptivos modernos.
Aproximadamente la mitad de los embarazos de las adolescentes de 15 a 19 años que viven en regiones en desarrollo no son deseados y más de la mitad acaban en aborto, a menudo en condiciones inseguras.
Si no mejoramos la información y los servicios para estos adolescentes, sobre todo en África y Asia, donde la necesidad insatisfecha de anticonceptivos es mayor, toda una generación puede perder la oportunidad de tomar las riendas de su cuerpo y su destino. Permitir que todas las adolescentes (casadas y solteras, con hijos o sin ellos) eviten los embarazos no deseados y sus consecuencias adversas supondrá un ahorro en atención sanitaria maternoinfantil, impulsará la educación y las perspectivas económicas de las jóvenes y les dará la oportunidad de desarrollar todo su potencial.