La pandemia de coronavirus está teniendo un impacto dramático en todos los aspectos del trabajo que llevan a cabo las Naciones Unidas. El objetivo de este documento es esbozar una serie de implicaciones políticas y operativas de la pandemia del COVID-19 en la prevención y respuesta a la violencia sexual relacionada con los conflictos (VSRG). Este análisis de la Oficina de la Representante Especial sobre la Violencia Sexual en los Conflictos se basa en las consultas en curso con profesionales sobre el terreno, incluidos los asesores de protección de la mujer en las operaciones de paz de las Naciones Unidas, las oficinas de las Naciones Unidas en los países y los asociados de la sociedad civil. También refleja una serie de cuestiones preocupantes que han sido planteadas por la Acción de las Naciones Unidas contra la Violencia Sexual en los Conflictos, la red de 15 entidades de las Naciones Unidas presidida por la Representante Especial sobre la Violencia Sexual en los Conflictos.
Aunque las pruebas empíricas relacionadas con los vínculos entre el COVID-19 y la prevalencia de la CRSV y el impacto en la prestación de servicios multisectoriales son todavía escasas, a corto plazo un conjunto más amplio de literatura relacionada puede proporcionar una comprensión basada en pruebas de los vínculos entre las epidemias de enfermedades infecciosas y la violencia contra las mujeres y los niños, incluida la violencia sexual en situaciones de conflicto y post-conflicto. El objetivo de este análisis es orientar las respuestas políticas y programáticas para mitigar el riesgo de que aumente la violencia sexual en situaciones de conflicto y post-conflicto como parte de la preparación ante la pandemia, así como durante y después de la pandemia.
Las relaciones de género desiguales y las normas patriarcales exacerban las crisis y también se agravan en esos momentos, con el potencial de magnificar y modificar aún más los factores de riesgo y protección. Los conflictos y las épocas de agitación están relacionados con el aumento de la violencia interpersonal, especialmente contra las mujeres y los niños, y las pandemias no son una excepción. La naturaleza global y el miedo y la incertidumbre asociados a las pandemias proporcionan un entorno propicio que puede exacerbar o desencadenar diversas formas de violencia contra las mujeres y los niños, incluida la violencia sexual. Las lecciones aprendidas de epidemias anteriores, como la del ébola, han ilustrado claramente la necesidad de un enfoque integrador y sensible a las cuestiones de género. Por lo tanto, este documento complementa y refuerza una serie de informes políticos recientes del Secretario General que abogan por una respuesta interseccional a la pandemia basada en el género y el feminismo.