En medio de la crisis del COVID-19, otro reto sanitario se está arrastrando, aunque silenciosamente. Observando que la Planificación Familiar (PF) ha sufrido una tendencia histórica de escasa priorización caracterizada a menudo por bajas inversiones, sus indicadores empeorarán aún más a medida que el país canalice todos los recursos disponibles hacia las respuestas a COVID- 19. Existen oportunidades estratégicas para hacer avanzar la agenda de defensa de la PF en medio de la crisis COVID-19. Llevar a cabo una evaluación para cuantificar el impacto de la enfermedad COVID-19 en el ecosistema general de la PF podría ser un punto de partida.