Mientras escribo estas líneas, gobiernos, sistemas sanitarios, profesionales de la salud, comunidades, instituciones y particulares están trabajando para hacer frente a la pandemia de COVID-19″. Estas crisis suelen exacerbar los problemas sistémicos, como la desigualdad de género y la falta de salud y derechos sexuales y reproductivos (SDSR). A lo largo de la respuesta y la recuperación de COVID-19, EngenderHealth trabajará para garantizar que las prioridades de SDSR no sufran un retroceso a causa de la crisis y que, de hecho, sigamos avanzando en favor de la salud y los derechos de las mujeres y las niñas.
A medida que la situación de COVID-19 ha ido evolucionando rápidamente en las últimas semanas, me ha maravillado la rapidez, la reflexión y la estrategia con que ha respondido el equipo de EngenderHealth. A lo largo de esa respuesta, todas las personas de todos los ámbitos de la organización han trabajado reconociendo que durante una crisis debemos permanecer atentos a nuestra misión: apoyar la SDSR y ampliar la igualdad de género.
Las crisis humanitarias y de salud pública anteriores nos han enseñado las consecuencias que podemos ver si no se protegen los servicios de SDSR. Durante las crisis, el acceso a los anticonceptivos puede verse interrumpido, lo que provoca embarazos no deseados. Cuando se cierran las escuelas, como ocurre actualmente en muchos países, pueden aumentar los embarazos entre adolescentes. Aumenta la incidencia de la violencia de género (VG) en medio de una crisis y tras ella, y cuando se aconseja u obliga a las personas a quedarse en casa, es posible que no puedan abandonar una situación insegura o violenta. Al mismo tiempo, se detraen recursos de los servicios sanitarios habituales. Las mujeres y las niñas asumen una mayor carga como cuidadoras y, a su vez, se enfrentan a mayores riesgos para su salud física y mental”.