El nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) que causa el COVID-19 se ha propagado rápidamente desde su aparición a finales de 2019, lo que ha llevado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar la enfermedad pandemia mundial el 11 de marzo de 2020. Los gobiernos de todo el mundo han tenido que adaptarse y responder rápidamente para frenar la transmisión del virus y atender a los numerosos infectados. La presión que el brote impone a los sistemas sanitarios repercutirá sin duda en la salud sexual y reproductiva de las personas que viven en los países de ingresos bajos y medios (PRMB); sin embargo, la salud sexual y reproductiva también se verá afectada por las respuestas sociales a la pandemia, como los cierres locales o nacionales que obligan a cerrar los servicios sanitarios si no se consideran esenciales, así como las consecuencias del distanciamiento físico, las restricciones para viajar y la ralentización económica.
La pandemia de COVID-19 ya está teniendo efectos adversos en la cadena de suministro de productos anticonceptivos al interrumpir la fabricación de componentes farmacéuticos clave de los métodos anticonceptivos o la fabricación de los propios métodos (por ejemplo, preservativos), y al retrasar el transporte de productos anticonceptivos. Además, el equipo y el personal que participan en la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva pueden desviarse para satisfacer otras necesidades, las clínicas pueden cerrar y la gente puede mostrarse reacia a acudir a los centros de salud para recibir servicios de salud sexual y reproductiva. Muchos gobiernos están restringiendo los movimientos de las personas para frenar la propagación del virus, y los proveedores se están viendo obligados a suspender algunos servicios de salud sexual y reproductiva que no están clasificados como esenciales, como la atención del aborto, negando así a las personas este servicio urgente y que puede salvar vidas. Por ejemplo, los cierres patronales en Nepal y la India han obligado a cerrar clínicas gestionadas por Marie Stopes International, el mayor proveedor de servicios de planificación familiar en la India fuera del sector público. Sin una acción concertada, es probable que disminuya el acceso a los servicios esenciales de salud sexual y reproductiva, así como la calidad de la atención prestada.