Desmantelar las normas sociales que impiden el acceso a la planificación familiar

POR STEWART TICHAONA MUCHAPERA

FP2030 ha concluido un proceso de “cartografía de género” en todos sus centros regionales, que confirmó que las normas sociales, a menudo influidas por la religión, la cultura y las tradiciones, así como por cuestiones económicas, impiden a las mujeres, los adolescentes, los jóvenes y otros grupos acceder a información y servicios clave sobre salud sexual y reproductiva. El Centro Regional de África Oriental y Meridional (ESA) acaba de completar una nueva formación para informar mejor su trabajo a través de una lente de género.

Este análisis se realizó en colaboración con Karabo Mokgonyana, consultor independiente.

En la región de África Oriental y Meridional, las encuestas y estudios revelaron que las normas regionales de género se imponen mediante fuertes sanciones y están influidas por la religión, la cultura y las tradiciones. Esto, combinado con el miedo y el control de la sexualidad de las adolescentes, incluido el matrimonio infantil, el embarazo en la adolescencia y la mutilación genital femenina, ha provocado un retroceso contra la salud y los derechos sexuales reproductivos de adolescentes y jóvenes, así como contra la educación sexual integral.&

También se destacó que la discriminación y la exclusión económicas ralentizan los avances en la cobertura sanitaria universal para mujeres, adolescentes y jóvenes.

Mary Beth Hastings, asesora de género de FP2030, declaró que “el mapeo incluía la identificación de los enfoques transformadores de género existentes en la región y las lagunas en las que podrían ponerse a prueba o ampliarse otros enfoques transformadores de género. También incluyó la identificación de organizaciones feministas, LGBTQIA+ y otras organizaciones de la sociedad civil que trabajan explícitamente por la igualdad de género en los países prioritarios de cada centro y que pueden ser socios decisivos en los procesos de rendición de cuentas y en el desarrollo o aplicación de enfoques transformadores de género”.

La evaluación se centró en los compromisos de la región y en las barreras relacionadas con el género a las que podrían enfrentarse para alcanzar los objetivos de sus compromisos, en particular las barreras arraigadas en las desigualdades de género y otras formas de exclusión social y desequilibrios de poder.

Los análisis de género y el mapeo de recursos técnicos identificaron, por ejemplo, áreas de colaboración regional en enfoques integrados de género y oportunidades de asistencia técnica sur-sur, como en los casos en los que una intervención eficaz de participación masculina transformadora del género en un país podría adaptarse o ampliarse en otro.

La evaluación se centró principalmente en el ámbito regional, con atención específica a ocho países: Malaui, Zambia, Sudáfrica, Kenia, Ruanda, Mozambique, Etiopía y Tanzania. La evaluación se basó en los recientes análisis de género existentes, especialmente los centrados en la salud y los derechos sexuales y reproductivos en la región.