Islamistas y laicistas están prácticamente en guerra en Sudán por un reciente artículo periodístico sobre el uso del preservativo y el concepto de fidelidad entre las parejas.
Y la autora del artículo, la Sra. Shamail Alnour, está metida en un buen lío. Los islamistas radicales, dirigidos por el clérigo Mohamed Ali Al-Gizoli, quieren acusarla de apostasía. Este delito se castiga con la pena de muerte en Sudán.
El artículo de la Sra. Alnour explicaba cómo el uso del preservativo podía ayudar a frenar el aumento de los casos de infección por el VIH/sida en este Estado de mayoría musulmana. La Sra. Alnour trabaja para el diario privado Al-Tayar.
Los musulmanes sudaneses radicales se oponen totalmente a la distribución de preservativos para proteger las relaciones sexuales, a pesar de que cerca del 80% de los contagios de VIH/sida en el país se produjeron a través de las relaciones sexuales.
En defensa de Alnour se encuentran compañeros periodistas, militantes de los derechos humanos y partidos de la oposición.
Los jóvenes, más vulnerables
Muchos cuestionaban la introducción del discurso religioso en las cuestiones ideológicas, sociales y políticas entre los musulmanes en general y los sudaneses en particular.
Además, se plantearon cuestiones sobre el impacto del discurso de Alnour en la propagación del VIH/sida en Sudán.
La Sra. Alnour, en su artículo, pedía que se diferenciara entre los valores islámicos fundamentales y las prácticas de los países islámicos que han adoptado la Sharia (ley islámica).
Declaró que el gobierno sudanés había abandonado su compromiso de proporcionar asistencia sanitaria a los ciudadanos, pero había invertido grandes sumas en la campaña contra el condón, haciendo así a los jóvenes más vulnerables a la lacra del VIH/sida.
Juicio por apostasía
Sin embargo, Al-Gizoli, considerado un líder yihadista y partidario del Estado Islámico (Daesh), pidió a sus partidarios que hicieran campaña para que se juzgara de inmediato a Alnour.
En su reciente sermón del viernes, el Sr. Al-Gizoli condenó enérgicamente a la Sra. Alnour por su argumento sobre el uso del preservativo como protección contra la propagación del VIH/sida.
“Organizaremos una amplia campaña para llevar a este criminal ante los tribunales para ser juzgado por apostasía”, declaró Al-Gizoli.
Además, ordenó a sus seguidores que iniciaran una campaña contra todos los “laicistas” del país.
“Esos laicistas, incluidos periodistas, quieren sabotear nuestra comunidad, pero no se lo permitiremos, los erradicaremos pacíficamente”, prometió.
Libertad de expresión
Por otra parte, los periodistas, las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos de la oposición se han comprometido a proteger a los periodistas sudaneses y la libertad de expresión en el país. La Red de Periodistas Sudaneses (SJN) condenó las acusaciones vertidas contra Alnour, calificándolas de grave amenaza para los medios de comunicación de Sudán.
“La Red de Periodistas Sudaneses expresa su honda preocupación por la amenaza que los extremistas suponen para los periodistas, y seguirá de cerca la situación para proteger a los periodistas sudaneses”, declaró el viernes en un comunicado.
“Consideramos que se trata de un grave revés para la libertad de expresión en el país y pedimos a las autoridades que asuman su responsabilidad de proteger a la prensa y a los periodistas del país”, ha instado.
Cientos de activistas sudaneses de derechos humanos han organizado una campaña de solidaridad con Alnour en las redes sociales. Han hecho un llamamiento a los movimientos y activistas antigubernamentales para que se opongan al “terrorismo”, acusando a los órganos de seguridad de estar detrás de la intimidación de los periodistas.
Campaña terrorista
Los partidos políticos de la oposición han condenado igualmente lo que consideran una campaña de terror contra la libertad de expresión en Sudán.
El Partido del Congreso Sudanés, el Partido Comunista Sudanés y el Partido Nacional Umma se mostraron inequívocos en su oposición a la campaña contra la Sra. Alnour.
También se ha recurrido a abogados. La junta de abogados sudaneses de derechos humanos condenó las acusaciones y prometió presentar una demanda contra los líderes islamistas.
Los movimientos rebeldes, como el SPLM-N, el Movimiento de Liberación de Sudán (SLM), con base en Darfur, y el Movimiento Justicia e Igualdad, también han apoyado al periodista.
Prevalencia del VIH/SIDA
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Sudán tiene la mayor tasa de prevalencia del VIH/sida de Oriente Medio y Norte de África, con unas 56.000 personas infectadas por el mortal virus. Entre los infectados hay 3.500 niños y 2.300 mujeres embarazadas.
Un estudio conjunto realizado por la ONU y el Programa Sudanés de Lucha contra el Sida, dependiente del Ministerio de Sanidad, reveló una tasa de prevalencia nacional del VIH/sida del 1,6%. Sin embargo, algunas regiones registraron una prevalencia más elevada, de alrededor del 4,4%, entre los refugiados, y del 4% entre los profesionales del sexo.
“La transmisión sexual es la principal vía de infección (79%), seguida en un 5% por la falta de precauciones universales y de seguridad de la sangre, y la transmisión de madre a hijo”, mostró la encuesta.
“Para prevenir y controlar la transmisión del VIH/sida a través del comportamiento sexual, es importante fomentar la abstinencia, desalentar las relaciones sexuales fuera de los límites maritales y alentar las creencias y prácticas tradicionales que animan a los jóvenes a casarse.
“También es importante concienciar sobre las relaciones sexuales protegidas, incluido el uso del preservativo, y poner preservativos a disposición de los usuarios”, dice la encuesta.
También se han suscitado discusiones sobre la vacunación antipoliomielítica como posible causa de la propagación del VIH/sida.
El líder islámico radical Alsadig Abdullah Abdul Majid y su grupo han hecho campaña contra la vacunación organizada por la OMS y el Ministerio de Sanidad, alegando que las vacunas se importaron de Israel, considerado un Estado enemigo.
Las llamadas han afectado negativamente a la campaña de vacunación, a pesar de los altos índices de polio entre los niños de Sudán.