Es mediodía y largas filas de madres jóvenes con sus bebés atados a la espalda comienzan a formarse en el Centro de Salud Albazine, a unos 30 minutos en auto del centro de Maputo, la capital de Mozambique.
Metido en la esquina del extenso complejo hay un edificio de colores brillantes y los jóvenes se dirigen hacia allí. En el interior, hay personal de salud y educadores pares preparándose para dar clases gratuitas sobre salud sexual y reproductiva, incluida la planificación familiar, las ITS, el VIH y el SIDA.
De acuerdo con la Agencia de EE. UU para el Desarrollo Internacional (USAID), la población de Mozambique de 33.8 millones creció más del doble en comparación con lo que era en 1990. A lo largo de su vida, la mujer mozambiqueña promedio da a luz a 4.9 niños. Mozambique tiene una de las tasas de uso de anticonceptivos modernos de más rápido crecimiento. Sin embargo, en 2023, el 19% de las mujeres en edad reproductiva de este país tenían una necesidad insatisfecha de anticonceptivos modernos, lo que significa que querían evitar el embarazo, pero no estaban usando un método anticonceptivo moderno.
La infraestructura sanitaria de Mozambique es limitada debido a las restricciones fiscales; más de la mitad de los mozambiqueños deben caminar una hora o más hasta el centro de salud más cercano y el desabastecimiento de medicamentos es común. Solo hay tres médicos por cada 100,000 habitantes, una proporción que se encuentra entre las más bajas del mundo. Los sistemas para reclutar, motivar y retener al personal son débiles y los proveedores de salud de primera línea a menudo están mal capacitados y tienen habilidades de gestión limitadas.
La situación se ha visto agravada por múltiples crisis: ciclones frecuentes, desplazamientos internos debido a las acciones de actores no estatales en el norte del país y otras emergencias sanitarias como el cólera y la pandemia del COVID-19. Esto ha puesto a las mujeres y las niñas no acompañadas en mayor riesgo de sufrir violencia basada en género, embarazos imprevistos y no deseados, y muerte evitable debido a complicaciones del embarazo y el parto.
Para abordar la gran cantidad de desafíos del país, el Gobierno de Mozambique está trabajando junto con múltiples colaboradores de desarrollo para lograr avances. Esto incluye la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID), agencias de las Naciones Unidas y el Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones (FCDO). Sus prioridades incluyen aumentar la inversión en planificación familiar y salud reproductiva para alcanzar una tasa proyectada de prevalencia de los anticonceptivos modernos del 34.4% entre mujeres casadas de 15 a 49 años, independientemente de su estado civil, para 2030.
“El Gobierno de Mozambique, en colaboración con nuestra confiable USAID, se ha comprometido a continuar apoyando los esfuerzos para defender el derecho de las personas, especialmente de las mujeres, de planificar sus familias y poner fin a todas las necesidades insatisfechas de planificación familiar. Pero sabe que no puede hacerlo solo, por lo que siempre trabaja de la mano con el Ministerio de Salud y a través de sus colaboradores financiados”, afirmó la Dra. Alda Govo, jefa de la División de Planificación Familiar y Salud Reproductiva del Ministerio de Salud de Mozambique.
Algunos profesionales de la salud, como el Dr. Joacquim Antonio Vumba, director de Servicios Clínicos del Centro de Salud Albazine, han dedicado su tiempo a salvar vidas garantizando que todas las mujeres y las niñas tengan acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva que necesitan, incluidos métodos de planificación familiar, análisis del VIH y servicios de respuesta a la violencia basada en género, a pesar de las limitaciones operativas.
“Nos gustaría agradecer a nuestros colaboradores por garantizar que las mujeres y las niñas tengan acceso a anticonceptivos modernos de planificación familiar. Esto es bueno para el desarrollo del país; una población sana significa más crecimiento económico”, dijo el Dr. Vumba.
Para aumentar la demanda y el uso de los servicios de salud sexual y reproductiva de alta calidad y con un enfoque en la planificación familiar, el equipo del Dr. Vumba, formado por el personal del hospital y los educadores pares, lleva a cabo actividades comunitarias periódicas, principalmente dirigidas a los jóvenes.
“Los resultados son alentadores, ya que estamos siendo testigos de un aumento en la cantidad de jóvenes que adoptan los métodos de planificación familiar disponibles”, dijo el Dr. Vumba.
En su compromiso con FP2030, el Gobierno de Mozambique está comprometido a reducir los embarazos adolescentes priorizando las intervenciones dirigidas a los adolescentes para garantizar que tengan acceso a la información y los métodos de planificación familiar en un lugar y momento que sea viable y conveniente. Según la USAID, la alta tasa de embarazos precoces de Mozambique (38.3%) se correlaciona con una baja prevalencia de la tasa de prevalencia de anticonceptivos modernos (TPAM) entre los adolescentes (14.1%).
Dar prioridad a las estrategias para esta población contribuirá al objetivo del país para 2030 de ampliar el acceso a los servicios de planificación familiar, reducir la mortalidad materna, permitir un aumento de las tasas de inscripción de las niñas en la educación secundaria y lograr que una mayor cantidad de niñas terminen la escuela secundaria y se matriculen en la educación terciaria, así como una menor prevalencia del matrimonio infantil.