El año 2015 marca un momento decisivo para la salud de las mujeres, los niños y los adolescentes. Es el punto final de los objetivos de desarrollo del milenio de las Naciones Unidas, y su transición a los objetivos de desarrollo sostenible. También es el 20 aniversario del plan de acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo y de la Declaración y Plataforma de Acción de Pekín.
Aunque se han logrado grandes avances en la reducción de la mortalidad materna e infantil, lo que demuestra que el cambio es posible, muchos países van a la zaga en la consecución del objetivo de desarrollo del milenio 4 (reducir la tasa de mortalidad de menores de 5 años en dos tercios entre 1990 y 2015) y del objetivo 5 (reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes entre 1990 y 2015 y lograr el acceso universal a la atención sanitaria reproductiva para 2015), y existen grandes desigualdades entre los países y dentro de ellos. En 2010, ante las tasas inaceptablemente altas de mortalidad materna e infantil, el secretario general de la ONU hizo un llamamiento al mundo para desarrollar una estrategia que mejorara la salud materna e infantil en los países más pobres y con mayor carga de morbilidad del mundo, empezando por 49 países de renta baja. Los artículos de esta colección examinan las pruebas y las ideas que constituyen la base de la nueva estrategia global.