Como en la mayoría de las crisis, la pandemia de COVID-19 ha interrumpido el acceso a servicios fundamentales de salud sexual y reproductiva y ha obstaculizado la capacidad de las autoridades para responder a la violencia de género, en un momento en que las mujeres y las niñas son quienes más necesitan estos servicios. Mientras Filipinas responde a esta crisis sanitaria sin precedentes a escala mundial, es imperativo que el país no pase por alto las necesidades únicas de las mujeres y las adolescentes durante el brote de COVID-19, ya sean evidentes u ocultas.