Las nuevas orientaciones de la Organización Mundial de la Salud ayudarán a los países a mantener en funcionamiento los servicios sanitarios esenciales al tiempo que adoptan medidas para mantener a salvo a la población en la pandemia de COVID-19. La mayoría de los sistemas sanitarios se enfrentan a los retos que plantea el aumento de la demanda de atención a las personas con COVID-19, agravado por el miedo, la desinformación y las limitaciones de movimiento que perturban la prestación de atención sanitaria para todas las afecciones. Los países deben encontrar la manera de mantener a salvo a la población y garantizar la prestación de servicios como la atención de urgencia para afecciones como infartos y lesiones; la inmunización para prevenir brotes; el tratamiento de enfermedades infecciosas como el VIH, la malaria y la tuberculosis; y la detección y el tratamiento de enfermedades no transmisibles como el cáncer y la diabetes.
Mantener los servicios sanitarios esenciales: La orientación operativa para el contexto COVID-19 recomienda medidas prácticas que los países pueden adoptar a escala nacional, subregional y local para reorganizar y mantener con seguridad el acceso a servicios sanitarios esenciales de alta calidad. También se esbozan indicadores de muestra para supervisar el mantenimiento de los servicios sanitarios esenciales y se describen consideraciones sobre cuándo interrumpir y reanudar los servicios a medida que la transmisión de COVID-19 aumenta y disminuye.