Aunque el Gobierno de Uganda se ha adherido a la iniciativa mundial FP2020 y ha desarrollado planes nacionales y de distrito para la planificación familiar con el fin de eliminar la necesidad insatisfecha de este tipo de servicios, los avances en el cumplimiento de estos compromisos siguen siendo significativamente bajos debido a la escasa y desigual asignación de fondos. Los líderes religiosos y confesionales, actuando como defensores de primera línea, desempeñan un papel importante a la hora de influir en las inversiones nacionales para la PF. Sin embargo, los FRL carecen de capacidad para establecer redes y defender sus intereses, tienen un conocimiento limitado de sus derechos cívicos y menos oportunidades de participar en los procesos de toma de decisiones. Además, las FRL no están bien organizadas y a menudo no se las reconoce como partes interesadas importantes en los procesos de defensa.