“Estaba dentro de nuestra casa cuando oí fuertes explosiones e intensos disparos”, declaró al UNFPA Nadia Muson, de 35 años. Embarazada de ocho meses y madre de seis hijos, ella y su familia estaban al alcance del conflicto armado en su municipio de Datu Salibo, Magindanao, en la recién formada entidad política Región Autónoma de Bangsamoro en el Mindanao Musulmán (BARMM), Filipinas.
“Estaba muy ansiosa y nerviosa. Sólo podía pensar en la seguridad de mi familia”, recuerda.
La Sra. Muson huyó con su familia a casa de unos parientes cercanos en marzo, donde han estado desde entonces.
No está sola.
Más de 45.000 personas han sido desplazadas a causa del conflicto en la BARMM, incluida Magindanao, según la información del 29 de marzo del Ministerio de Servicios Sociales de la BARMM.
El UNFPA calcula que podría haber hasta 1.400 mujeres embarazadas entre la población afectada, y se espera que unas 500 den a luz en los próximos tres meses. También hay más de 900 mujeres que han dado a luz en los últimos seis meses.
Condiciones difíciles
Muchos de ellos huyeron de su hogar para escapar del conflicto con sólo lo que llevaban puesto cuando se marcharon, e incluso eso está ahora desgarrado. Se sienten demasiado avergonzados para salir a la luz pública por la pérdida del sentido de la “dignidad”, lo que les impide acceder a la ayuda humanitaria y a otros servicios críticos.
“Las mujeres no dejan de quedarse embarazadas o de dar a luz sólo porque se produzca una emergencia”, señaló Iori Kato, representante del UNFPA en Filipinas. “En tiempos de crisis, es más importante que nunca proteger la dignidad, la seguridad y la salud reproductiva de las mujeres embarazadas y lactantes, ya que son aún más vulnerables”, añadió.
En una situación de emergencia, estas mujeres embarazadas y lactantes necesitan servicios de higiene, embarazo y parto seguros y protección frente a la violencia de género, que promuevan el bienestar no sólo de sus familias, sino de toda la comunidad.
Suministros críticos
En colaboración con el Ministerio de Salud y el Ministerio de Servicios Sociales de BARMM y con el apoyo del gobierno australiano, UNFPA Filipinas proporcionó cerca de 1.000 “Kits de Dignidad” para estas mujeres embarazadas y lactantes en Maguindanao.
Estos kits contienen artículos de higiene personal como compresas, ropa interior, jabón y champú. Además de proporcionar a estas mujeres una higiene adecuada, los kits Dignity también les dan confianza y movilidad para acceder a suministros vitales como alimentos, agua y servicios de salud materna o psicosocial. Los kits también incluyen linternas y silbatos para que las mujeres se sientan seguras en la oscuridad, un orinal que puedan usar por la noche y una gran tela de algodón multicolor, conocida localmente como “malong”, que puede funcionar como vestido envolvente, manta o cortina para permitir a las mujeres intimidad y dignidad.
“Estamos trabajando en colaboración con la recién creada Autoridad de Transición de Bangsamoro para apoyar a las mujeres embarazadas y a las madres recientes en el BARMM. Estos kits Dignity ayudan a satisfacer sus necesidades inmediatas de higiene y aumentan su movilidad y protección durante esta emergencia”, declaró Iori Kato, del UNFPA.
Para apoyar al Ministerio de Sanidad de BARMM, el UNFPA está coordinando una evaluación para determinar las necesidades adicionales, como medicamentos, equipos y suministros para garantizar partos limpios y seguros en medio del conflicto.
Cumplir la CIPD
“Estoy muy contenta y agradecida por haber recibido este kit de dignidad. Es muy útil para mí y para mi familia”, dijo la Sra. Muson al UNFPA.
Este año se cumple el 25 aniversario de la histórica Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD) celebrada en El Cairo, en la que 179 gobiernos acordaron un llamamiento para que todas las personas tuvieran acceso a servicios integrales de salud reproductiva, incluida la planificación familiar voluntaria, y a servicios seguros de embarazo y parto.
Abordar las necesidades específicas de las mujeres y las niñas garantizando su salud y sus derechos sexuales y reproductivos en situaciones de emergencia, junto con su protección frente a la violencia y las prácticas nocivas, desempeña un papel importante en el cumplimiento del llamamiento a la acción de la CIPD.